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lunes, 2 de abril de 2012

Creando fraternidad Masonica

Vosotros lo habéis dicho, oído y leído, cuando se abren los trabajos de la cámara de aprendices:”Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los Hermanos Juntos en armonía (…)”; se trata del salmo 133 cántico gradual de David.

También seguramente recordareis que cuando somos iniciados se nos crea, nombra y constituye aprendices de masón por lo golpes misteriosos del grado: “Libertad, igualdad y Fraternidad”; en esta última frase destaco la palabra Fraternidad.

Me parece que no me equivocaría si pienso que vosotros concordareis conmigo, en que ese estado de estar “juntos en armonía” y de compartir sentimientos fraternos unos de otros es un estado deseable.

Creo que todos nosotros lo hemos experimentado en alguna época de nuestra vida, tal vez en la infancia, una reunión familiar, tal vez en una excursión, o en una fiesta escolar, o bien una reunión por cualesquier motivo, donde se reúna un grupo pequeño a mediano, todos felices, todos poseedores de una confianza en los otros, de ser aceptados como somos, donde se experimenta la libertad de ser como uno es, sin engaños, compartiendo alegrías, risas y el pan y la sal, sin temores, esa experiencia que cuando al fin termina, lo hace exclamar a uno. “Que buena estuvo la reunión”, “Hay que repetirla” y nos vamos todos a nuestras casas con un sabor de boca dulce y la sensación de habernos bebido la vida toda en un instante.

Imaginad esto en un nivel no solo de grupo, sino de todos los que viven en la misma calle, colonia, municipio, estado o nación o porque no decirlo del mundo.

La Masonería propone y aspira a que todos convivamos en un mundo así, pero es en este punto, donde os solicito un momento de reflexión para dar contestación a la siguiente pregunta: “Creéis que ese estado de bienaventuranza y felicidad, llega por si solo o se construye?

Si la respuesta es que llega por sí solo, asumimos la postura del determinismo, que consiste en aceptar que lo que ocurre, es algo ajeno a nosotros lo que lo condiciona, que tan solo debemos esperar a que ocurra y aprovecharnos cuando aparezca, somos hojas que el viento del destino mueve a su antojo, y llegar a ese estado de bienaventuranza es por si solo el premio fugaz de una lotería, que no es inmanente, puesto que todo cambia al azar. Quienes así piensan son los Hombres que esperan a que las cosas pasen.

Ahora bien, si la respuesta es que se construye, estáis aceptando la libertad y la responsabilidad de crearlo, de sostenerlo, que en la medida que hagamos uso de nuestro martillo de la voluntad, el cincel de la inteligencia y el uso adecuado del tiempo con nuestra regla, somos creadores de todo lo que existe, existió y existirá. Quienes así piensan son los Hombres que hacen que las cosas pasen.

Ved y estudiad la Historia del Hombre, ved sus casas, sus carreteras, sus automóviles, sus maquinas, sus presas, sus barcos, sus implementos, sus teorías sobre el que, como, donde y cuando del universo que lo rodea ¿no acaso esconden no poca sino mucha, demasiada voluntad de saber, de entender y hacer? ¿No acaso recurren al trabajo como la única e impostergable forma de crear lo que su espíritu ambiciona? Se manifiesta que está consciente de que todo lo existente reconoce una causa o causas, que afila el cincel de su inteligencia para saberlo, que ejecuta con voluntad lo que sea necesario, siembra lo que se requiera, y después cosecha lo que en principio era tan solo un sueño o una idea, para posteriormente reposar y disfrutar con dignidad de Hombre superior.

En lo que a mí respecta, soy de la idea, de que ese estado de bienestar de los hermanos “Juntos y en Armonía” a que alude el cantico de David y la percepción de Fraternidad, es algo, que como todo, se sostiene en ciertas causas que condicionan ese efecto, esas causas son valores y virtudes que se condensan en actitudes y de ellas las conductas que desempeñadas por nosotros crean las columnas y las trabes donde se sostiene el edificio, la catedral del devenir humano.

Reflexionemos QQ.·. HH.·. Con seriedad, con honestidad y profundidad cuales son esas conductas, esas virtudes, que ejercitándolas nos harán construir ese estado de armonía, de igual manera desechemos todo aquello que nos impida llegar a eso.

Recordemos que no estamos ni un milímetro más allá, ni más acá, de donde hemos querido estar, de ahí el proverbio anónimo que dice: “Estamos como estamos, porque somos como somos”.

Es cuanto mis QQ\HH\ todos.

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