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viernes, 13 de abril de 2012

De la calidad de la Masoneria y sus logias

La calidad de la masonería está en razón directa de la calidad de sus logias y estas de la calidad de sus miembros, por tanto debemos asumir que el perfil de los candidatos aceptados o la forma como son reclutados así como la forma en que se siguen las “reglas del juego” al interior de cada una de las logias determinan en última instancia la clase de masonería que vivimos, de ver y andar desde que estoy en la masonería podría anotar las siguientes observaciones:

1. Existen Logias donde los candidatos en ocasiones se eligen con el objetivo primario de aumentar la nómina de la logia sin atender a un perfil específico diseñado ex profeso. Esta es, en mi opinión la mejor forma de “mezclar peras con manzanas” y aumentar la probabilidad de que impere el caos y sea más difícil llevar por buen cause las actividades de una logia, habría que considerar que la masonería es una institución donde debe preponderarse la calidad a la cantidad.

2. Una consecuencia del punto anterior es que se reclutan de forma activa, es decir sin esperar a que el candidato toque a las puertas del templo. Habríamos de suponer que el que viene por su propio pie (libre y espontanea voluntad) está más motivado que quien se le dice “únete a nosotros” y lo hace tan solo por curiosidad o presionado por la invitación sin tener el más mínimo antecedente de lo que es la masonería.

3. He visto que en ocasiones, la política de una logia es reclutar personas que detenten puestos importantes en el mundo profano, para de esta manera asegurar la solución de problemas eventuales para los miembros de la logia. Cuando existe esta estrategia, hay, a mi manera de ver una cierta perversión y distorsión del concepto de fraternidad. Bien dice el proverbio: “Quien te ve como medio y no como un fin, no es tu amigo”.

4. He observado también que en ocasiones se reclutan candidatos que no tienen el más mínimo interés en estudiar o que no manifiestan entusiasmo por el mundo intelectual o cultural. En este aspecto, en mi opinión es preciso en este renglón asegurarse, cerciorarse de la manera más objetiva posible del nivel cultural y entusiasmo por el mundo intelectual del profano, interrogando exhaustivamente cuáles son sus gustos en materia de libros, revistas etc., y evaluar su nivel cultural con un cuestionario básico diseñado. Pienso que una persona que no llene estos requisitos difícilmente tendrá las habilidades necesarias para el estudio del cuerpo de conocimientos que existe en la masonería simbólica o en los grados filosóficos.

5. Si bien en la masonería se dice que el único requisito para ser admitidos el de que “sean libres y de buenas costumbres”, lo cierto es, y la experiencia así lo indica, que es conveniente que quienes ingresen tengan un nivel suficiente de solvencia financiera para poder afrontar las obligaciones que en este rubro hay que cumplir. Admitir como miembros a personas que no pueden cumplir este requisito es incubar o alimentar problemas que saldrán posteriormente y que entorpecen el buen desarrollo de la logia, sobre todo cuando un porcentaje alto de los miembros no cumplen con esta obligación y condicionan que unos pocos sean quienes lleven el peso de las obligaciones financieras que la logia debe cumplir. Esta observación no aplica en caso de que el templo sea propio y no haya que pagar renta y que no se tenga que cumplir pagos de cápita a la M.·.R.·.G.·.L.·. a la que estén jurisdiccionados situación que en general es poco probable, al menos en los primeros cinco o diez años de haber levantado columnas. Tampoco aplica si hay un mecenas que teniendo buena solvencia económica y llevado de su buen corazón y filantropía asume el solo todos los gastos, sin embargo aun aceptando que este mecenas existiera, pienso que se corrompe el sentido de justicia y responsabilidad individual y de participación que idealmente debiera existir en los miembros de cualquier comunidad.

6. Otro aspecto que me parece tiene relación con la calidad de las logias, consiste en el hecho de que los QQ.·.HH.·. sean exaltados o promovidos a grados superiores, sin haber estudiado y adquirido suficientemente los conocimientos inherentes al grado que deja, dándosele preferencia al criterio del tiempo de antigüedad que lleva. En este renglón me parece que subordinar la decisión de promover a la antigüedad y no al mérito de saber, favorece a la corta o la larga una apreciación incorrecta de la masonería, tanto su filosofía como sus objetivos, desvirtuándose y generando caos ,lo mismo al interior de la logia como de la masonería en general. Es preciso en este aspecto instaurar una política de reconocimiento al mérito de lo aprendido y no al tiempo de permanencia. En mi opinión si se pone en acción las observaciones expuestas en los puntos dos, tres y cuatro citados previamente, el aplicar la estrategia mencionada en este punto será más factible.

7. Se ha dicho que en masonería no se discute, sino que se intercambian opiniones; entender este concepto es a mi manera de ver, de suma importancia. Como bien sabemos, cuando los HH.·. presentan trabajos y en ellos manifiestan sus pareceres al respecto de tal o cual tema, al terminar, el V.·.M.·. concede la palabra para que el resto emita sus opiniones sobre el mismo. En buen número de ocasiones, escuche de hermanos una crítica acerva del trabajo, asumiendo posiciones de “sabelotodo” decían a los hermanos lo que estuvo bien o mal y como debía hacer los trabajos, erigiéndose como jueces y denostando el esfuerzo y la calidad intelectual de quienes habían leído sus trabajos. Esta situación es controversial, quienes así actúan mencionan que la libertad de expresión debe llevarse hasta sus últimas consecuencias, yo no participo de esta opinión, creo que la palabra mal empleada puede condicionar situaciones inadecuadas de fricción entre HH.·. , me ha tocado presenciar la renuncia de un H.·. que menciono que él no había entrado a la masonería para que lo estuvieran regañando. A mi parecer, de lo que se trata es considerar el trabajo de los HH.·. como una visión parcial, puesto que nadie tiene la verdad completa, y aportar a su vez lo que del tema se sabe, de esta manera se consolida al final en todos los presentes una idea más completa del tema tratado.

8. Cuando ingrese en la masonería, mi imaginación de la misma, me llevaba a considerar que estaría en una agrupación de personas sabias, que escuchan el doble o el triple de lo que hablan, y cuando hablan puras verdades son emitidas, que en su comportamiento habría sencillez, modestia, discreción, prudencia, respeto y que en fin habría que aprender mucho de ellos. La verdad sea dicha, mi idealizada visión solo existe en el cuerpo de conocimientos que se enseñan en los diferentes grados del rito, una cosa es leer sobre las virtudes y otra es ser el poseedor de esas virtudes, en el mundo profano uno escoge a los amigos por similitud de valores y a los que no, los manda uno a la porra, al interior de las logias y de la masonería hay de todos, “de chile de manteca y azúcar” como diría mi abuela, solo dos eslabones unen tanta personalidad diversa, la fraternidad y la tolerancia, pero estas virtudes apenas están en ciernes, una de las más duras batallas que hay que sobrellevar es cambiar uno mismo, a tenor de lo que leemos en masonería, se explica que los aprendices y los compañeros, que son quienes más polvo profano tienen ( los primeros más que los segundos), caigan repetidamente en conductas inadmisibles en un mundo que se pretende construir de sabiduría, fraternidad, libertad etc. Lo que llama la atención es que en ocasiones el comportamiento de algunos MM.·.MM.·. o incluso de altos grados filosóficos, no tiene nada que envidiarles el más salvaje de los incivilizados de la comunidad humana. ¿Cómo evitar o disminuir esta situación? Seleccionado, depurando, disciplinando, no con coerción sino con argumentos que convenzan y ejemplo que invite al cambio, esto es labor exclusiva, trascendente de todos y cada uno de los elementos de tercera cámara.

9. He escuchado de HH.·. (¿Dije HH.·.? ¿ No estaré equivocado?), que no es necesario estudiar todo lo que a masonería se refiere, que todo está caduco, que es antiguo, que hay que renovar y actualizar la masonería, modernizarla pues, que los grados filosóficos son pura basura, y así dispuestos, proceden a actuar cambiando los modos y maneras de llevar a cabo las actividades masónicas, a su manera, a su entender, dándole el nombre de usos y costumbres a todo lo que se les ocurre, privilegiando mas el poder del grupo como tal para avanzar en el mundo profano, esto ocurre con mucha más frecuencia en las llamadas “logias salvajes” o irregulares, sin decir con esto que las logias regulares estén exentas de estas características, afortunadamente son excepcionalmente las menos (pero existen). Mi postura personal con respecto a este punto es respetar los landmark. No podemos negar que la naturaleza de la calidad masónica cambia asumiendo una u otra postura.

10. En general en todas las Respetables logias, existe un marco jurídico de referencia en concordancia con los Landmark, la constitución y leyes generales de la M.·.R.·.G.·. L.·. correspondiente , así como el reglamento interior de cada una de ellas, en donde se señalan claramente las obligaciones, los derechos, los delitos y las penalizaciones correspondientes, sin embargo he observado que bien sea por omisión, por ignorancia o por una interpretación parcial de la fraternidad, no se ejerce por parte de la tercera cámara la aplicación correcta y disciplinaria de este citado marco jurídico en los casos que son obviamente desviaciones, si bien respetamos y aplicamos el concepto de libertad, también aceptamos la responsabilidad que ella conlleva. A mi parecer resulta claro que las consecuencias son previsibles en uno en otro caso.

En este punto de mi escrito, releo lo que hasta aquí he mencionado y me doy cuenta de que mis opiniones con respecto a las situaciones que comento, pudieran parecer quizá un tanto conservadoras u ortodoxas, muy personales o dogmaticas, sin embargo aun considerando que pueda estar totalmente equivocado y que las antítesis de mis posturas fueran las correctas, no podrán negarme el hecho de que el perfil de calidad de las logias y de la masonería serian distintas, puesto que al elegir las conductas se eligen las consecuencias, se cumple de nuevo la ley proverbial que dice: “Estamos como estamos, porque somos como somos”.

Os invito a reflexionar HH.·. ,

Es cuánto.

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