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viernes, 13 de abril de 2012

La duda

Os invito a reflexionar conmigo sobre la duda como instrumento.

¡Imaginad un ser humano muerto! Vedlo en su ataúd, con sus ojos cerrados y su facies pálida y sin expresión, se requiere esta imagen fuerte para dar lugar a la reflexión.

Cuando un ser humano muere, con el se va también una manera singular y personal de entender lo que deja; el cuerpo que ahí yace se constituye en el punto final de un destino particular, nunca mas reproducible, las experiencias que tuvo, lo que oyó, lo que vio, lo que sintió , lo que le informaron a lo largo de su vida fueron asentándose poco a poco en la naturaleza de su ser conformando un cuerpo de conocimientos de dimensión no conocida, pero considerando lo vasto de la naturaleza podríamos deducir que menos de lo que habría que conocer, la cortedad de la vida no da para mas.

De ese bagaje de conocimientos surgió su sistemas de creencias, selecciono aquellos que creyó son verdaderos y aquellos que considero falsos, selección no siempre conciente, pero al aceptarlos determino su sistema de comando o leiv motiv de su conducta, por esas creencias vivió lucho y construyo su devenir, si aceptamos que su destino fue efecto de su conducta aceptaremos también que toda conducta tiene una consecuencia para bien o para mal de uno mismo y lo que nos rodea.

Nosotros, los que vamos a morir, pero que aun estamos vivos no estamos excluidos de este modelo.

Cabe aquí hacernos los siguientes cuestionamientos:

¿Cuánto de lo que conozco es cierto?

¿Cuanto de lo que yo creo es verdad o es mentira?

¿Cuanto de lo que se me dice es verdad?

Para ponerlo en términos mas concretos, que hacéis cuando se os dice:”no creáis en ese sujeto, es un embustero” o bien se os dice:”los masones son sujetos virtuosos” o bien “fulano es un gran ingeniero” “mengano es el mejor cirujano, te puedes operar con el con toda confianza”.

Estos son ejemplos banales otros, pueden ser mas trascendentes como la mejor manera de educar a los hijos o esperar que la oración os ayude en un problema en particular.

¿Qué hacéis? ¿Lo creéis a pie puntillas? ¿Indagáis por vuestra cuenta?

¿Tomáis la decisión con un acto de fe? ¿Tomáis juicio sin comparar, reflexionar o indagar?

Si vuestras conclusiones y juicios son falsos, las consecuencias os serán adversas a vuestros deseos. Alguien ha dicho que esta vida es un valle de lágrimas, sin embargo tengo para mí que es un valle de decisiones, las lágrimas vienen después si es que nos equivocamos, pero siempre quedará la alternativa de que pudo haber sido mejor.

¿Qué es lo que marca la diferencia?

Tengo para mi, que es la duda H:.H:., ese estado de indecisión e incertidumbre para elegir entre dos o mas alternativas como lo define el diccionario; experimentar la duda es postergar el momento de decisión y suspensión del juicio hasta en tanto no hayamos razonado, investigado y reflexionado con apego a la lógica.

Diversos pensadores han expresado su opinión al respecto:

“Si piensas con sensatez serás feliz en todo” decía Menandro, filosofo griego, Aristóteles decía que “la duda es el principio de la sabiduría”; Darwin expresaba:” Sin duda no hay progreso”; “ la duda lleva al examen y el examen a la verdad” se expresaba Pedro Abelardo, y desde luego tenemos a Rene Descartes quien en su obra el discurso del método puntualiza con detalle los pasos a seguir para razonar y descubrir la verdad, enunciar todo su ensayo sobrepasa los limites de esta plancha sin embargo baste transcribir una de sus aseveraciones: “Para investigar la verdad es preciso dudar en cuanto sea posible de todas las cosas”.

Como podéis apreciar, la duda funciona como un instrumento, como un medio para llegar a otro punto de vista que quizá sea diametralmente opuesto al enfoque previo.

En nuestra Institución Masónica de todos es conocido que exaltamos a la razón, y el librepensamiento como uno de los medios para abatir la ignorancia y encontrar la verdad que logre unir lo disperso, que nos permita tolerarnos y respetarnos, para ello es necesario ser humildes, alejándonos de la soberbia y asumir que podemos estar equivocados en nuestras apreciaciones, abriendo siempre un pequeño espacio a la duda.

Si estáis de acuerdo con lo que hasta aquí he expresado, no digáis nada, manteneos en silencio, repetir lo dicho es hacer mal uso del tiempo, pero, si tenéis una opinión diferente, decidlo pronto, tal vez entre lo dicho por mi y lo que vosotros digáis de ocasión a conocer mejor la verdad de la duda.

Es cuanto.

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